Cuando hablamos de la Enfermedad del Parkinson (EP a partir de ahora) debemos saber que las enfermedades neurodegenerativas causan una muerte progresiva de neuronas en diferentes regiones del sistema nervioso. De manera particular en el Parkinson se destruyen las neuronas que transportan la dopamina de la sustancia negra, creando una situación neurodegenerativa crónica.


La dopamina es un neurotransmisor del cerebro que permite la función motora del organismo.

El ejercicio físico permite una mayor neurotransmisión en las vías no afectadas creando una ayuda contra esos procesos parkisonianos.


Cuando los síntomas de la enfermedad aparecen, dicha sustancia negra ya ha perdido aproximadamente el 60% de las neuronas dopaminérgicas.

Todo ello se resume en síntomas, los cuales no afectan a todos por igual. Desde la más característica como la aparición de rigidez muscular, temblor hasta a una pérdida del control del movimiento, afectando situaciones tan cotidianas como andar en linea recta, coger una cuchara, acertar la llave en la cerradura o coger un vaso. Todas ellas se caracterizan por el tipo de intensidad de los síntomas, los cuales puedan hacer a la persona ser dependiente, es decir, tengan necesidad de la ayuda de otras personas para poder hacer actividades de la vida cotidiana, de una manera mucho más temprana.

Hemos recogido los datos más importantes que aparecen en la ciencia en base al Parkinson y al ejercicio físico, y nos ayudaremos de la ciencia para realizar una puesta práctica con las claves para combatirlo mediante el ejercicio físico.

La EP (2ª más prevalente después del Alzheimer) constituye una de las causas más frecuentes de incapacidad neurológica en la vida adulta y 1 de cada 400 europeos desarrolla la enfermedad. En España llega a afectar al 1% de la población mayor de 65 años y 2% mayores de 80 años, en total unas 600.000 personas, siendo más prevaleciente en hombres que en mujeres.


El ejercicio físico cardiovascular, de fuerza, de movilidad y de equilibrio permiten que sus capacidades físicas mejoren y permita una mayor dependencia ya que no todas las personas sufren los mismos síntomas ni con la misma intensidad, por tanto el ejercicio físico deberá ser individualizado a la sintomatología.


A continuación te explicamos los distintos síntomas que se pueden padecer.

Los síntomas MOTORES son los que afectan al movimiento, coordinación y agilidad:

  • El temblor en reposo de forma involuntaria y se localiza en miembros distales como brazos y manos.
  • La rigidez o incremento de la resistencia a un movimiento pasivo varía a lo largo del día, influenciado por el estado anímico, el estrés y la medicación, debiendo abordar la situación de manera multifactorial.
  • La acinesia o bloqueo de la marcha se manifiestan como una dificultad en iniciar y ejecutar un movimiento, cómo superar puertas o pasos de cebra.
  • La bradiquinesia causa movimientos lentos lo que causa problemas de equilibrio y marcha y se caracteriza por una menor amplitud del paso, velocidad reducida, y ritmo a la hora de andas.

Los síntomas NO MOTORES son los que afectan a factores psicologicos y cognitivos, estrés, memoria, descanso:

  • El trastorno del sueño afecta a un 90% lo que condiciona a un sueño fragmentado, somnolencia diurna, por tanto, mayor fatiga y menor energía.
  • Depresión, disfunción cognitiva y demencia, fatiga son otros síntomas menores que se pueden dar por la edad y la evolución de la enfermedad.

La medicación es el tratamiento farmacológico más efectivo para combatir el Parkinson, por eso hemos recogido a continuación una tabla donde aparecen las mejoras que produce la medicación. Te contamos esto porque es importante conocer también los efectos secundarios que produce en el cuerpo y cómo mediante le ejercicio no produce solo una mejora a nivel dopaminérgico (mejores niveles de dopamina), sino también ante los efectos secundarios de los medicamentos más utilizados.

Por eso en la siguiente entrega de Ejercicio físico y Parkinson dónde te explicamos cómo utilizar el tratamiento no farmacológico más eficaz, el ejercicio físico, para la mejora de la salud física y mental. El ejercicio físico es un medio hacia un abordaje eficaz también hacia esos efectos secundarios antes vistos cómo la artritis, depresión, regulación de la presión sanguínea, fatiga o percepciones de esfuerzo elevadas. Desde la movilidad y el equilibrio, pasando por la fuerza y hasta el entrenamiento cardiovascular podemos crear medidas para cuidar de manera óptima tú salud.