Se estima que durante el verano se engorda una media de 2 kilos. Para perder peso y recuperar la silueta, la opción de correr se convierte en la más socorrida. No obstante, para que sea efectiva, es importante apostar por las variaciones en cada sesión que realicemos. Es decir, de poco sirve salir dos días a la semana para hacer siempre lo mismo (tiempo, distancia e intensidad) porque el cuerpo se acostumbra y no se produce una mejora significativa en nuestra condición física.

En este sentido, lo más recomendable sería reducir el tiempo y aumentar el ritmo en el que lo hacemos. O también alternar alta y baja intensidad durante sesiones de larga duración, pero no más de una hora ya que por encima de este tiempo nuestras articulaciones empiezan a sufrir demasiado. Con estas variaciones en los intervalos, el organismo se adapta al esfuerzo extra al que le estamos sometiendo, empleando más energía y, por lo tanto, quemando más calorías.

Si queremos apostar por nuestra salud, es aconsejable complementar nuestra rutina con otras actividades, como nadar, montar en bicicleta o ir al gimnasio. Siempre con perseverancia y con una dieta saludable.