Hemos aprovechando la mañana del domingo, cuando menos carga laboral tenemos, cuando la familia está tranquila, cuando sabemos que nos espera una tarde sin ocupaciones… para aprender los mecanismos con los que el organismo regula las situaciones de estrés.

Empezando por la parte hormonal que se genera cuando nos enfrentamos a una situación de alerta y cómo esas hormonas generan cambios a nivel fisiológico hemos explicado las señales con las que podemos identificar las adaptaciones pasajeras que nos ocurren.

Desde aquí, la presentación ha enlazado esa parte fisiológica (que no podemos ver a simple vista) con los cambios o señales a nivel físico que si son visibles desde fuera y que podemos interpretar con más facilidad. Normalmente, estos cambios a nivel externo se generan después de un largo periodo con cierto estrés acumulado, generalmente, en las personas que todavía no son capaces de afrontar con garantías las situaciones complicadas.

Con toda esta parte anatómica y fisiológica comprendida, la parte principal de la exposición ha profundizado en el componente que, en teoría, más difícilmente podemos trabajar en el gimnasio. La gestión de las emociones requiere de capacidades que debemos entrenar a diario para ser conscientes de, cuando la situación lo demanda, poder gobernar las adversidades y que no sea al revés.

Tenemos claro que trabajar dentro de una organización, tener una familia, convivir en un entorno social concreto y un largo etcétera, conlleva alteraciones que no podemos evitar. La forma en la que reaccionamos a ellas es lo que va a determinar cuánto grado de estrés alcanzamos y cómo somos capaces, o no, de canalizarlo en la buena dirección.

Para la parte final, hemos dejado 3 herramientas clave que pueden ayudar a mantener el control cuando parece que el mundo se nos viene encima. Son herramientas que no sólo deben utilizarse cuando ya estamos sobrepasados, conviene que día a día nos dediquemos un poquito de tiempo a nosotros mismos para conocernos, cuidarnos y estar preparados para esa jungla tan bonita en la que tenemos que vivir.

Como no podía ser de otra forma, y cumpliendo con la herramienta que he diseñado para mi gente cercana (ENAMORAS), cerramos la mañana con un desayuno completo de productos saludables, ecológicos y de calidad exquisita. Una buena alimentación ayuda al organismo a regular el sistema hormonal y por lo tanto, a mantener controlado esas hormonas que generan cambios químicos que tienen implicaciones emocionales.

Un placer compartir con todos los asistentes algunas de mis estrategias y vivencias para conseguir que tu rutina, sea menos rutina.

Emilio Lozano